miércoles, 30 de diciembre de 2015

ZAHARA: GIRA SANTA

Sala But, 18 de diciembre de 2015

Ese era el sitio en el que quería estar. Llevaba tanto tiempo con las ganas sostenidas, con la entrada comprada que... creo que las expectativas fulminaron la realidad.

Dejemos una cosa clara: Zahara SIEMPRE lo hace bien. Si te gusta, lo sabes. Si no te gusta: no tengo que convencerte de nada. Y si no la conoces, en cuanto la veas encima de un escenario lo comprenderás todo. Pero aquel día los astros no se alinearon tan perfectamente como mi cabeza y mi corazón querían-que-se-alineasen. Empezando por las dos torres que tuve delante todo el concierto, continuando con los dos cotorros que tuve detrás y acabando con la sensación de que me faltaba algo...

La situación en un concierto cuenta mucho, cuenta casi tanto como la interpretación del artista o, al menos, así me lo parece a mí. Estar colocado en un lugar en el que no puedes apreciar guiños como los que Zahara le hizo a Star Wars y a Yola Berrocal, limita mucho el encanto que supone la gira Santa.¿Por qué? Porque el concepto que rodea a Santa es redondo y no poder apreciar esa redondez te fastidia un poco la noche. Desde el disco físico que me parece una obra de arte: cuidado al detalle, con significados varios en los libretos, la caja, y las canciones; hasta la puesta en escena con La Chaqueta (creada y diseñada por Moises Nieto y Emilio Lorente respectivamente), la pantalla para ambientar la sala y La Banda: Miguel de Lucas (Mucho), Ramiro Nieto (The Right Ons), Martí Perarnau (Mucho) y Víctor Cabezuelo (Mucho, Rufus T. Firefly).
Un todo pensado para rodear al público y conectarse con él. Si eso no es "redondo" me bajo del barco de la Industria y me voy en mi barca como Remedios Amaya.

El caso es que, a pesar de lo bien pensado que estaba todo y de las ganas y del amor que le tengo, salí de la sala But pensando que había estado floja. Que la voz, esa voz que llenaría estadios sin ningún problema, ese día, para mí, no estuvo acertada. Le faltó garra, le faltó potencia... le faltó darme un motivo para olvidarme de que no cantó Con las ganas y que ni falta que hacía.

Aún así la cosa fue divertida, bailamos, cantamos, nos reímos mucho y disfrutamos de la "dualidad escénica" que la caracteriza: esa vergüenza que parece que le da tener tanta gente debajo escuchándola y a la vez, la soltura con que cuenta sus historias de andar por casa y por Albacete con gente que no conoce de nada pero que trata como si fueramos familia.

Así es Zahara y así fue su concierto en la sala BUT el 18 de diciembre de 2015:
Tras la intro de Star Wars con el rótulo del comienzo de la película y el texto: SNTA ZHRA, Zahara dio las gracias por haber acudido a su concierto y no al estreno de El despertar de la fuerza, y despues... se dejó llevar y mediante 20 canciones nos contó La fabulosa historia de la chica que perdió el avión por La pareja tóxica y años después se convirtió en Santa:

"Nunca dejaría que leyeras esto, jamás lo escribiría..." ...empecé a puntear la guitarra con la dichosa frase en la cabeza... Maldita La gracia de aquel día... y maldita imaginación de superheroína que me envalentonó, me puso una capa detrás y  le soltó tan digna y poéticamente como pude: cruzaré la puerta sin mirar atrás, que yo no me quiero quedar donde habitan bestias feroces, donde habitan fieras voraces, donde habitan monstruos salvajes... donde estés tú. Y ahí le dejé con sus perdones y sus ojos de perrillo desvalido. Pero cuando me dispuse a entrar en el asensor oí cómo abría la puerta y pensé para mis adentros: mira, si vas a matar éste es un buen momento. Mátame ya y llega hasta el final... No podía ni girarme, sentía el peso de El Universo sobre mí... "Ahí viene superman... su capa es un disfraz"...
- Zahara entra, no te vayas, ha sido una tontería. No te enfades, estas cosas a veces pasan... Venga, bailemos... te pongo la canción y bailamos, ahora que me acuerdo, te debo un baile y no una explicación. ¿Te acuerdas? "Quemar el sol será nuestra grandeza". No podemos quedarnos a mitad de camino...
- Sí, ponme a Nueva Vulcano y quédate ahí, tranquilo, sin saber quién es el malo aquí... quién se largó sin preguntar... me dueles tanto... que no quiero volverte a ver.

Y entonces llegó El frío. Me congelé y me descompuse, algo así como las chicas del Asesino del camión de hielo...

Tiempo después nos volvimos a encontrar y le confesé "No me esperaba que quién provocó todos los incendios sería también quien los apagó... Lo siento, no puedo apiadarme de tí. No voy a ser yo quien llore tu adiós. Esa jamás seré yo."
Despechado hizo una reverancia y me dijo: Hagase tu voluntad. Y se fue.
Perpleja y envuelta en irá continué mi camino repitiendo como un rosario satánico: quisiera reventarte bajo mis pies, quisiera volarte la tapa de los sesos, bañarme con tu sangre, beberme tus excesos, no dejaré que nadie te salve del infierno. ¡Crash!, golpe de realidad y sonido de cristales. Me seguía importando. Aquella estúpida persona seguía despertando sentimientos en mí... pero no eran de amor... porque allí, aquella tarde de mediados de marzo, aquella calle en mitad de ningún sitio se acababa de convertir en El lugar donde viene a morir el amor...

Es curioso, desde que estoy en Madrid veo las cosas de distinta manera. Lo comentaba el otro día con Xoel Lopez en ese extraño rito que hemos iniciado de hablar medio inglés, medio español, medio gallego. Le decía que unas veces me sentía como el Is there a ghost de Band of horses, preguntándome si en esa relación yo realmente pintaba algo; y otras me sentía fuerte y segura al reconocer que aquello no tenía remedio, que era un Funeral, ni habiéndolo sabido habría sido distinto... y él, con un español de lujo me sonreía y me cantaba "encontrarás algo mejor, encontrarás algo mejor..."

Yo no lo sabía pero qué razón tenía... llegó Agosto y apareciste tú. Me descongelaste. Me hiciste olvidar los hombres de la tierra. Tú, que tenías el sabor de todos los helados...
Te conté la historia con Marta en Albacete, la del Like a virgin entre todos los feriantes y Yola Berrocal en el cercanías...y tú reias sin parar. Y entre tontería y tontería me volviste a susurrar: tú me llevas, tú me elevas y... no hay luces de semáforos. Me guiñaste un ojo, pusiste el coche en marcha y comenzamos el viaje.


Tú me llevas, tú me elevas.
Y no hay luces de semáforos.

Tú me llevas, me desenredas.
Nosotros sobre el asfalto.

A través del conducto de ventilación
me llegan los olores.
Y a través de tus gafas de sol
veo tus manos venir, que están que arden.

Y correr por las líneas de la mano.
Correr recordando los atajos
no habrá nadie que sepa donde encontrarnos.

Tú me llevas, voy despierta.
Hay flores en los tejados.

Tú me llevas, sin darnos cuenta.
Vamos pasando los charcos.

Golpea el aire en nuestras caras.
Suenan los "Smashing" en la radio.

Miro en el retrovisor,
y perros en pandilla siguen nuestro rastro.

Y correr por las líneas de la mano.
Correr recordando los atajos
no habrá nadie que sepa donde encontrarnos.

Y correr por las líneas de la mano.
Correr recordando los atajos
no habrá nadie que sepa donde encontrarnos.





Zahara - Tú me llevas
Disco: La fabulosa historia de... la chica que perdió el avion (2009)




No hay comentarios:

Publicar un comentario